Dentro de estos, los juguetes educativos fungen como instrumentos importantes para conseguir que los niños se desarrollen de forma efectiva y saludable, además de felices.
Hasta hace poco tiempo, el juego era considerado simplemente como ocio o pérdida de tiempo, sin embargo, ahora es visto como una metodología didáctica para a conseguir que los niños empiecen a comprender el mundo, a resolver sus problemas y a plantear sus propias dudas.
De esta manera, los juegos —en especial los educativos— ayudan a los pequeños a desarrollar diferentes actividades motoras, e incluso, dependiendo del juego en turno, también a hacer actividad física.
Asimismo, para participar en los juegos, los niños van a tener que socializar y será precisamente gracias a los juguetes que estos van a empezar a realizar las primeras interacciones con otros niños, y también con adultos.
Son un vehículo para desarrollar habilidades como la atención, la abstracción, la memoria, la representación, la simbolización o la resolución de problemas. Por eso, en todas las culturas y en todos los tiempos, durante la niñez se juega con ellos. Es importante tener en cuenta que, para los niños, con frecuencia lo que tiene mayor éxito son aquellos juguetes más simples, sin estructura definida, ya que esto permite la libertad de acción.